Manuel de Gracia





















































Nació el 30 de Julio de 1937, en Mora de Toledo (Toledo).


A los trece años marcha al seminario de Toledo, que abandona a los diecieis años, dedicándose de lleno a la pintura, aunque ayuda a su padre, que es albañil y conserje del Ayuntamiento de Mora. Más tarde trabaja en un almacén de madera y sigue pintando.


A los diecinueve años viaja a Madrid, con trescientas pesetas ahorradas y el sueño de pintar. Para subsistir trabaja como pintor de brocha gorda, mientras asiste a las clases del Círculo de Bellas Artes.


Tras una etapa de lucha, realiza su primer viaje a París, donde reside durante algún tiempo, regresando a España a principios de 1963, teniendo que trabajar en la realización de cartelones de cine durante nueve años, aunque esto no le impide exponer por primera vez en la sala Toisón, junto a Manuel Cano y José Suárez. Más tarde expone individualmente en la galería Eureka y después, muestra su obra en Valladolid y en Santander.


En 1973 es galardonado con el Premio de África y recibe una Pensión para viajar al Sáhara, donde reside y pinta los cuadros que expone en Noviembre en la Dirección General del Sáhara. Se suceden las exposiciones en la galería bilbaína Bay-Sala, en la sala Eureka y en el salón Cano de Madrid (1975).


Tras un largo viaje por Holanda, Bélgica y Francia, su pintura se deja ganar por el impresionismo, que el pintor cultiva con especial talento.


Desde 1975 hasta hoy ha llevado a cabo numerosas exposiciones en distintas ciudades españolas, con especial presencia en el País Vasco y en Madrid, además de participar en importantes muestras colectivas en Estados Unidos, Suiza, Francia, Austria, Malta, etc.


Su obra, fundamentalmente dedicada al paisaje, alcanza una serena belleza, tras la que se esconde un profundo dominio técnico y una exquisita sensibilidad.


Es padre y maestro de la pintora Ninoska.

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